Reconocemos que toda vida es expresión del amor creador de Dios. Encuentra su culmen en el ser humano, imagen y semejanza de Dios. Y nos exige amarla, cuidarla, defenderla y potenciarla armónicamente.
Don precioso del ser humano, facultad y derecho para elegir de manera responsable su propia forma de actuar y pensar en la búsqueda del bien personal, comunitario y de la creación.
Lazo de unión entre las personas basado en el amor, respeto y la igualdad de derechos entre todos los seres humanos.
Es la actitud de cuidado, servicio, compromiso y colaboración para favorecer el bien común.
Es la conciencia de pertenecer a una cultura abierta al conocimiento y valoración de otras culturas. Supone una responsabilidad, local y global para el desarrollo sostenible en el mundo cada vez más interconectado.